Ya lo había advertido la epidemióloga de la OMS Maria van Kerkhove, que dirigió la estrategia de la Organización Mundial de la Salud durante la crisis. “Si bien no estamos en modo de crisis, no podemos bajar la guardia. Epidemiológicamente, este virus seguirá causando olas”, dijo la experta el pasado 5 de mayo, cuando la entidad comunicó que el Covid-19 ya no era una emergencia de salud global. Y aunque contenida, ha llegado una nueva señal de alarma: desde China, el país donde se inició justamente la pesadilla en diciembre de 2019.

Dos tercios de la población mundial están vacunados contra el coronavirus, pero la enfermedad que causa sigue provocando muertes y pérdidas económicas. La experiencia ha mostrado que el virus es tratable y que se puede acabar con la pandemia a corto plazo, siempre y cuando se atiendan tres campos prioritarios, afirman el titular de la ONU y el director de la agencia sanitaria global.