Hepatitis: cinco virus combatibles con higiene,buen estilo de vida y vacunas

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No lavarse las manos adecuadamente o tenerle miedo a una simple inyección, puede ser la diferencia entre estar sano o padecer de una terrible enfermedad como la hepatitis, la cual en algunas de sus formas puede llegar a ser letal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad se manifiesta por una inflamación del hígado, causada generalmente por una infección vírica y se conocen cinco tipos principales, designados como A, B, C, D y E.

Este 28 de julio se celebra el Día Mundial Contra la Hepatitis y resulta una excelente ocasión para alertar a la población en general sobre esta infección aguda, la cual puede presentarse con síntomas como la ictericia o coloración amarillenta de la piel y los ojos, orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal, según comentó el Doctor Luis Echezuria, Epidemiólogo y Jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El especialista  asegura que de los tipos de hepatitis, las más peligrosas -por las complicaciones y secuelas que producen- son definitivamente la B y la C. “La hepatitis B podría producir insuficiencia hepática aguda o crónica que por lo general es letal, además de cirrosis y cáncer primario del hígado. Todo esto se puede prevenir con la aplicación de una vacuna y  por ello se dice que es la primera vacuna contra el Cáncer. La hepatitis C también genera condición de insuficiencia hepática crónica, que conlleva muchos problemas de atención y manejo tanto para el paciente, sus familiares y el sistema de salud, al requerir medicamentos muy sofisticados y costosos”, señala.

Pero en cuanto a la frecuencia de afección en la población, Echezuría enfatiza que la hepatitis A es la más usual y afecta particularmente con mayor fuerza a los niños y adolescentes. “Por sus mecanismos de transmisión es la más contagiosa, pero la infección por el virus es auto limitado y el hígado generalmente  se recupera totalmente en un rango de días”, agrega.

El galeno hace hincapié en la importancia de prevenir esta enfermedad con prácticas sencillas. “Para las hepatitis A y E -que se adquieren por la boca al ingerir alimentos o agua contaminada con esos virus- se recomienda una muy buena higiene de manos (después de ir al baño) y cuidado con los alimentos, que deben ser bien cocidos y lo más estériles posible. Para las de tipo B y C -por ser de transmisión sexual- se recomienda mantener una pareja estable y el uso de preservativos”, aclara.

No obstante, apunta que una vez contagiado con la enfermedad lo recomendable es cuidar mucho el hígado, “pues sin esta víscera no es posible la vida. Por ello hay que insistir en los aspectos preventivos, insistiendo con la colocación de vacunas para aquellas hepatitis prevenibles por vacunas (Hepatitis A y B), la importancia de ingerir alimentos sanos y limpios, es decir, en condiciones de higiene extremas y no abusar en el consumo de grasas, ya que éstas se sintetizan en este órgano”.

Finalmente, El Doctor Luis Echezuría, recomienda que al presentar cualquier manifestación o síntoma “lo sensato, inteligente y genuino es acudir al médico lo antes posible para evaluar la condición y tipo de afección de este órgano”.

El virus de…
La hepatitis A (VHA). Presente en las heces de las personas infectadas. Se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados.

La hepatitis B (VHB). Se transmite por la exposición a sangre, semen y otros líquidos corporales infecciosos. Existe una vacuna segura y eficaz para prevenir esta infección.

La hepatitis C (VHC). Se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo cual puede suceder mediante transfusiones. No hay vacuna.

La hepatitis D (VHD). Solo ocurren en las personas infectadas con el VHB; la infección simultánea por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un desenlace peor.

La hepatitis E (VHE). Como el VHA, se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados y es una causa común de brotes epidémicos de hepatitis en las zonas en desarrollo.

*Fuente OMS

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