Fobia Escolar: ¿qué es? Y ¿qué debemos hacer frente a ella?

0

Muchos niños se resisten incansablemente a ir a la escuela, se sienten mal por las mañanas y lloran cuando se les deja en el colegio. Al hacer esto podría tratarse de un síndrome denominado Fobia Escolar.

La Fobia escolar es un síndrome caracterizado por la ausencia frecuente del niño al colegio debido a diversos y vagos síntomas físicos, que pueden ser: dolor de estómago, dolor de cabeza, náuseas, fatiga o mareos. Estos síntomas ocurren principalmente en la mañana y empeoran cuando es momento de irse a la escuela. Se dan con más frecuencia los lunes que el resto de los días hábiles y desaparecen los fines de semana y, si los padres ceden, cuando se queda en casa y evita el colegio. Aparece principalmente en dos picos de edad escolar, que son a los 6-7 años y entre los 12-14 años.

Generalmente la fobia escolar ocurre debido a lo que denominamos un Trastorno de Ansiedad de Separación, en el cual cualquier actividad o situación que implique la separación o distanciamiento del niño de sus padres y/u otras figuras importantes y representativas lo perturban, de tal manera que el llanto es casi incontenible y puede presentar los síntomas anteriormente mencionados.

De esta forma, la fobia escolar puede concebirse como un síntoma más de un Trastorno de Ansiedad de Separación que pica y se extiende a otras situaciones de la vida del niño.

Ahora bien, no siempre la fobia escolar se encuentra inmersa en un Trastorno de Ansiedad de Separación, sino que puede tener origen en otras cosas, como por ejemplo en un hecho particularmente desagradable acontecido en la escuela que marcó al niño, haciendo que éste prefiera evitar todo lo relacionado con el colegio a fin de no repetir el incidente.

En los más pequeños, sobretodo hijos únicos (que reciben toda la atención constantemente) puede ser traumática la entrada al colegio debido a que, por primera vez (en muchos casos) se encuentran fuera de la protección y atención de los padres y deben enfrentarse solos al mundo. Es distinto un niño que pasó por el jardín de infantes a aquel que no lo hizo. El primero estará acostumbrado no sólo a relacionarse con niños de su edad, sino que sentirá que su casa no es el único lugar seguro y encontrará en la escuela esta seguridad que lo ayuda a desenvolverse mejor en este ambiente. El segundo, no conoce otros lugares ?seguros? fuera del hogar (o el de sus familiares extendidos), por lo que el hecho de quedar solo en un ambiente completamente desconocido desencadena una reacción fóbica enraizada en el miedo a quedarse solo y desprotegido.

¿Qué debemos hacer?

Los maestros pueden detectar fácilmente este síndrome conociendo lo anterior, de modo tal que puedan conversar con los padres e informarse si se trata de una situación referente a lo escolar únicamente o no y brindar apoyo e información a los padres sobre qué hacer al respecto.

Es importante que, al detectar un niño con fobia escolar, el maestro le reciba en la mañana cariñosamente y sea entregado directamente por los padres (o uno de ellos) al maestro. De esta manera el niño no sentirá que ?se le abandona? en la escuela sino más bien que se le entrega a alguien ?seguro? que puede responder por él en un momento determinado.

Los padres deben insistir en el retorno inmediato del niño al colegio y ser particularmente firmes en las mañanas antes de salir de casa. A no ser que éste presente fiebre de más de 37, 8ºC tomada oralmente, ha vomitado por lo menos 2 veces, tiene diarrea frecuente, tos frecuente, erupción cutánea generalizada, dolor de oído y dolor de muelas, entre otros, los padres deben llevarlo al colegio. Al hacer esto, no sólo se les obliga a enfrentar el miedo a la escuela, sino a darse cuenta que el colegio es de asistencia obligatoria y representa una responsabilidad que hay que cumplir. Así, estaremos criando futuros adultos responsables, valientes y no evitativos de situaciones desagradables. Las situaciones desagradables no se evitan, se enfrentan y se solventan.

Así mismo, tanto maestros como padres, deben hablar con el niño a cerca de lo que ocurre en el colegio, alentarlo a decir exactamente lo que piensa y siente respecto a esto y preguntarle qué es lo peor que puede pasarle. Si hay una situación que se puede cambiar, enseñarle o darle una idea de cómo hacer para lograrlo lo fortalece y provee de confianza en sí mismo y en los demás.

Generalmente, los niños con fobia escolar, fuera de la escuela, prefieren jugar en casa, estar solos en su cuarto, ver mucha televisión. Se necesita animarlo a pasar más tiempo con niños de su edad, bien sea jugar con otros de la cuadra, el edificio, etc. o pasar el día en casa de uno de sus compañeritos más allegados. Incluirlo en clases de juegos en equipo, como béisbol, fútbol, natación, en los que deba compartir con otros niños y hacer nuevas amistades aparte de las del colegio.

Si el niño se queda en casa, se debe hacer una cita con el médico para que lo vea esa misma mañana. De modo que el profesional testifique la naturaleza del síntoma y su posible causa, para descartar así una real enfermedad física, como un virus, y dar cabida a estrategias (como las anteriores) que extingan la conducta inadecuada.

Finalmente, si los síntomas no ceden después de más o menos tres semanas, se debe consultar a un profesional en el área (Psicólogo) que realice una intervención. Podría ocurrir que el niño no sólo padece fobia escolar, sino que además se encuentre deprimido, presente otros problemas de conducta, etc. Un profesional evaluará y detectará con mayor exactitud qué ocurre e ideará un plan de acción estructurado para solventar el problema.

Departamento de Psicología de la Unidad Psicopedagógica Integral
Teléfonos: (0212) 9913340, 9935303, 0414-3201377. Las Mercedes.
Email: upidorisg@gmail.com

Share this content:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *