Los primeros días de clases son todo un mundo por conocer. A veces, esto marca la culminación de un proceso que significó un cambio de colegio, de ciudad e incluso de región, por lo que es en este tiempo que se puede definir una experiencia enriquecedora o traumática. Es así como la familia cumple un rol fundamental a la hora de potenciar las capacidades de nuestros escolares.


•Los días previos al ingreso es recomendable hacer dormir a tus hijos un rato antes para comenzar a habituarlos a despertar temprano. Realicen más actividades que involucren esfuerzo físico durante el día, pues así estarán más cansados al caer la tarde, propiciando el adelanto en la hora de dormir.

•Importante también es la sensación que los padres transmitan a sus hijos respecto a volver a clases. Si se muestran decaídos y contrariados, los predisponen negativamente a este inevitable proceso. Hacer más lúdico el regreso al colegio compartiendo con ellos la compra de útiles, dándole instancias de elección y ofreciéndole opinión respecto a distintos aspectos – con límites bien definidos – del trance harán que esté más motivado con sus obligaciones.

•Mostrarse interesado también es una buena señal. Crear instancias de conversación en donde tus hijos puedan contarte sus temores, sus expectativas y las sensaciones que volver a clases les plantea. Son momentos en los que podrás aconsejar y acercarte a ellos mostrándole empatía a través de tus propias experiencias, sin imponer ni restringir.

•Integra sensaciones positivas al ritual de preparar los útiles para el día siguiente. Del mismo modo, se les debe pedir que organicen y ordenen su ropa, con esto le estarás inculcando la importancia que tiene su presentación personal. Preocúpate -en la medida de lo posible- por que su aspecto sea impecable al salir de casa, y de a poco lo asimilará.

•Si no los tienen, acuerden horarios y espacios definidos de estudio. Estos horarios – nunca más allá de 2 horas – han de estar seguidos por un momento de recreo. Estos momentos de estudio han de ser en un lugar iluminado y ventilado, que no ofrezca distracciones y que permita un cómodo desarrollo de las actividades.

•Procura entregarles una alimentación sana. Que sus colaciones sean lo más sanas posibles, basándolas en frutas, lácteos, bebidas sin azúcar – de preferencia, jugos naturales –  y sandwiches cuyo relleno sea bajo en grasas.

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