Limpieza de muebles de tela

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Cuando una tapicería se mancha debemos tratarla inmediatamente para evitar que la suciedad penetre. Antes de aplicar cualquier producto de limpieza, comprueba si la tela se puede mojar o no.  Para ello, humedece la tapicería en una zona no visible, coloca encima un paño de algodón y pasa la plancha caliente, presionando; si no queda rastro de color en el algodón quiere decir que los colores son sólidos y la puedes lavar.


Cuando ya nos aseguramos de que se puede lavar la tapicería, el segundo paso a seguir es quitarle el polvo. En el caso de los muebles de sala, debemos quitar los cojines (si  los tienen). Lo ideal para quitar el polvo es utilizar la aspiradora, pero en caso de no tenerla disponible, podemos sacudirlos con un trapo limpio y seco, o con un cepillo. Si la tapicería tiene manchas, debemos enjuagar la mancha desde el borde hacia el centro para evitar que ese extienda; si es una mancha de grasa espolvorea por encima polvos talco y déjalos actuar media hora antes

de cepillar la zona. Si se trata de café o chocolate, trátala con una mezcla de una parte de agua oxigenada, cuatro de agua y añade una gota de amoniaco.

Después limpiaremos el resto de la tapicería con una esponja empapada en una mezcla de agua y amoniaco (una parte de amoniaco por cada tres de agua). Finalmente, pasaremos un paño de algodón blanco que no deje pelusa para eliminar el exceso de humedad.

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