
Christian Horner fue despedido como CEO y jefe de equipo de Red Bull Racing con efecto inmediato tras más de 20 años al frente del equipo, desde 2005 hasta 2025. Durante su gestión, Horner lideró la etapa más exitosa de la escudería, logrando seis títulos de constructores y ocho campeonatos de pilotos, cuatro con Sebastian Vettel y cuatro con Max Verstappen.
El despido se produjo en un contexto de tensiones internas prolongadas, filtraciones a los medios y un desgaste público creciente. Un factor clave fue una investigación interna por conducta inapropiada hacia una empleada del equipo, conocida como el caso ‘sexgate’, que afectó gravemente la posición y la imagen de Horner dentro de la estructura de Red Bull. Aunque inicialmente fue absuelto, el escándalo y la mala relación con Max Verstappen y su padre Jos Verstappen, que había pedido su salida, deterioraron su situación.
Además, el equipo había perdido figuras clave, como el director técnico Adrian Newey, y atravesaba un bajón en su rendimiento deportivo, con solo una victoria en las últimas nueve carreras antes de su despido.
Su reemplazo inmediato será Laurent Mekies, que ascendió desde Racing Bulls para tomar el mando de Red Bull Racing. Mekies, a su vez, será sustituido en Racing Bulls por Alan Permane, considerado un pilar importante en los éxitos previos del equipo.
El despido de Horner representa una de las decisiones más drásticas en la historia reciente de la Fórmula 1, poniendo fin a una era dorada para Red Bull bajo su liderazgo.