Donald Trump

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 22 de septiembre de 2025 desde la Casa Blanca que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) notificará a los médicos sobre un posible riesgo elevado de autismo en bebés cuyo consumo prenatal de Tylenol (acetaminofén o paracetamol) haya sido frecuente. Trump recomendó encarecidamente que las mujeres embarazadas limiten el uso de este medicamento a situaciones estrictamente médicas, como fiebre alta difícil de controlar.

En su declaración, Trump aseguró que “el acetaminofén puede asociarse con un riesgo muy elevado de autismo” y subrayó: “Si está embarazada, no tome Tylenol. No lo tome. No pasa nada. Quizá se sienta incómoda, pero evítelo, y tampoco se lo dé al bebé una vez nacido”.

Este anuncio se basa en una investigación liderada por el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., figura polémica en temas antivacunas. Sin embargo, la comunidad médica y científica advierte que el autismo es un trastorno complejo con múltiples factores causales y que no existen evidencias sólidas y concluyentes que vinculen directamente el uso de paracetamol en el embarazo con el autismo. Instituciones como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y la Sociedad de Medicina Materno Fetal recomiendan que el medicamento continúe usándose cuando sea necesario y bajo supervisión médica.

Históricamente, el Tylenol ha sido considerado una de las pocas opciones de venta libre seguras para el alivio de dolor y fiebre durante el embarazo, en comparación con otros antiinflamatorios que pueden suponer riesgos mayores. Ignorar una fiebre puede ser peligroso tanto para la madre como para el feto, por lo que el juicio médico sigue siendo fundamental.

Este anuncio abre un debate importante sobre la seguridad de medicamentos comúnmente usados en embarazadas, pero también genera advertencias sobre no alarmar sin pruebas concluyentes para evitar daño en la salud pública por decisiones precipitadas.

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