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En una jornada electoral sin precedentes, Bolivia se prepara para una segunda vuelta presidencial. Los resultados oficiales de los comicios del 17 de agosto confirman que ningún candidato obtuvo la mayoría necesaria para ganar en la primera vuelta, lo que ha puesto fin a casi dos décadas de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).

Los contendientes que disputarán el balotaje son:
Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien se posicionó en el primer lugar con un 32.1% de los votos. Su discurso de centroderecha moderada ha resonado entre el electorado boliviano que busca un cambio de rumbo.

Jorge «Tuto» Quiroga de la Alianza Libre, que obtuvo el 26.8% de los sufragios, asegurando el segundo lugar. El ex-presidente, de tendencia más conservadora, disputará la presidencia en la segunda vuelta.

El gran perdedor de esta elección fue el oficialista MAS, cuyo candidato, Eduardo del Castillo, consiguió tan solo el 3.14% de los votos. Este resultado marca el fin de la hegemonía del partido y refleja un claro descontento popular con el gobierno saliente.

De acuerdo con la ley electoral boliviana, para ganar en primera vuelta se requiere el 50% más uno de los votos, o al menos el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo lugar. Al no cumplirse ninguna de estas condiciones, Bolivia vivirá su primera segunda vuelta presidencial el próximo 19 de octubre.

Diversos analistas políticos atribuyen este resultado a la crisis económica que atraviesa el país, así como a la división dentro del propio partido oficialista, exacerbada por un 19% de voto nulo, una cifra sin precedentes en la historia democrática de Bolivia.

La segunda vuelta se presenta como una oportunidad para que el electorado boliviano defina el futuro de su nación, con la posibilidad de un cambio de modelo económico y político.

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