Las mujeres indígenas se enfrentan a diversos desafíos en su vida diaria, estos desafíos se incrementan cuando su territorio se encuentra en zonas de aislamiento o difícil acceso, tal como es el caso de las comunidades Warao del estado Delta Amacuro.
Con el propósito de reducir los riesgos de protección de las mujeres indígenas y sus familias, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el apoyo financiero de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO), desarrolla acciones para crear medios de vida sostenibles y resilientes en las comunidades indígenas, y fortalece la preparación ante desastres de las comunidades e instituciones.
Este proyecto se ejecuta en conjunto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dando respuesta con servicios de protección, y con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) atendiendo las necesidades de protección y de salud sexual y reproductiva.
Delta Amacuro: caudal de tradición y resiliencia
Desde junio de 2023 la FAO viene trabajando en el estado Delta Amacuro en las comunidades Pueblo Warao y Los Guires del municipio Tucupita, y en las comunidades Miramar, Guaicaipuro y Boromajanoko del municipio Pedernales; con el propósito de fortalecer sus medios de vida a través de la producción de alimentos frescos, lo que mejora la seguridad alimentaria y nutricional, y la diversificación de los oficios de las familias más vulnerables de estos territorios.
En esta iniciativa participaron principalmente mujeres que recibieron asistencia técnica en áreas como costura, artesanías y pesca, lo que contribuyó a fortalecer el rol de la mujer en la comunidad, generando su empoderamiento económico, las mujeres con mayor conocimiento en los oficios seleccionados pasaron a formar parte del equipo de facilitadoras del proyecto.
Las participantes recibieron dotación de 140 kits agrícolas que incluyen: herramientas, semillas y bioinsumos; 60 kits no agrícolas que contienen máquina de coser, hilos, telas y trenes; así como también herramientas para la pesca. En el caso de las artesanas, recibieron diversos materiales para realizar sus piezas. Con esto, 1.576 personas han fortalecido sus medios de vida, mejorando su seguridad alimentaria y nutricional a través de la implementación que desarrolla la FAO en estas comunidades.
La agricultura es un componente primordial de este proyecto. En el caso de las comunidades fluviales, su acceso a frutas y vegetales es muy escaso dado a los pocos recursos económicos para comprar y la falta de espacios y condiciones para producir, por esto se impulsó la agricultura familiar de cultivos de ciclo corto en barbacoas o trojas, como le llaman las mujeres Warao, con el propósito de diversificar y mejorar la nutrición en estas comunidades.
Adicionalmente, esta iniciativa incluyó garantizar la creación de una economía solidaria a través de la creación de la creación de ocho Organizaciones Comunitarias de Ahorro y Crédito (OCAC). “Pedí crédito a la OCAC para comprar mi curiara y poder pescar independiente, lo que se traduce en más comida y dinero para mi familia” expresó Rosa González.
Este proyecto, también, incorpora entre sus componentes la gestión de riesgo, a través del aumento de las capacidades de preparación ante desastre en las comunidades con formación y acompañamiento técnico, así como la rehabilitación de la lancha de Protección Civil para el traslado de emergencias.
La FAO continúa construyendo condiciones para alcanzar una mejor producción y nutrición para una mejor vida para todas y todos, cumpliendo así con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.