
El Estado de Florida ha iniciado la construcción de un nuevo centro de detención para migrantes indocumentados en una antigua pista de aterrizaje ubicada en el corazón del Parque Nacional de los Everglades, a unos 60 kilómetros al suroeste de Miami. Apodado «Alligator Alcatraz» por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, el complejo aprovechará la ubicación remota y la fauna local —especialmente caimanes y pitones— como una barrera natural para evitar fugas.
El centro tendrá una capacidad inicial de entre 500 y 1.000 camas, con planes de ampliar hasta 5.000 camas a principios de julio, para alojar a miles de migrantes en el marco de la política de deportaciones masivas impulsada por el gobierno federal y respaldada por la administración del expresidente Donald Trump. La infraestructura estará compuesta principalmente por carpas y remolques, lo que permitirá una construcción rápida y de bajo costo.
El costo estimado para operar la instalación será de aproximadamente 245 dólares por cama por día, sumando un gasto anual cercano a los 450 millones de dólares, que inicialmente asumirá el Estado de Florida con la intención de solicitar reembolsos a agencias federales como FEMA y el Departamento de Seguridad Nacional.
La elección de los Everglades, una zona de alto valor ecológico y biodiversidad, ha generado críticas y demandas de grupos ambientalistas y defensores de derechos humanos, quienes denuncian la falta de evaluaciones ambientales y cuestionan las condiciones de detención. A pesar de ello, las autoridades aseguran que el centro garantizará el debido proceso legal a los detenidos y que la ubicación natural reduce significativamente el riesgo de fuga.
La inauguración oficial está prevista para la primera semana de julio, con la presencia del gobernador Ron DeSantis y el expresidente Donald Trump, quienes destacan la instalación como una pieza clave para reforzar el control migratorio en la región.