
PDVSA está preparándose para reanudar sus actividades en las empresas mixtas, y la compañía mantiene su plan de producción petrolera sin depender de licencias extranjeras.
Aunque el contexto político internacional y las licencias para operar han sido factores importantes en los últimos años, Venezuela ha resaltado que la producción se sostiene con esfuerzo propio y que está abierta a la inversión extranjera bajo sus propios términos.
PDVSA continúa con medidas para monitorear y elevar la producción, incluyendo el inicio de campañas de perforación para aportar nuevos barriles al mercado.
Varias fuentes indican que el retorno a operaciones en empresas mixtas, con socios como Chevron y otras compañías internacionales (Repsol, Maurel & Prom, ENI), podría incrementar la capacidad productiva. Se espera que algunas empresas como Chevron planeen perforar hasta 30 nuevos pozos y aumentar su producción en un 35%, lo que representa unos 250,000 barriles diarios. En general, esto podría ayudar a Venezuela a recuperar una producción cercana a un millón de barriles diarios, desde la estabilización actual alrededor de ese nivel.
A pesar de los beneficios, PDVSA tendrá que superar retos como la falta de insumos críticos y la necesidad de sustituir empresas de servicios estadounidenses que antiguamente operaban en el país, lo que complica la operación incluso con la reanudación de actividades en las mixtas. Mantener la producción estable y en crecimiento será un reto considerable.
Aunque la producción mejoraría, una parte significativa del crudo producido está comprometida con el pago de deudas a China y otras compañías internacionales. Por tanto, la reanudación de actividades y el incremento productivo no se traducirán automáticamente en ingresos completamente libres para el Estado, pero sí mejorarán la liquidez y la operatividad de PDVSA.