
El calor extremo continúa impactando a una gran parte de la población mundial en este mes de agosto, con temperaturas elevadas durante el día y la noche, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La agencia subrayó la necesidad de contar con sistemas de alerta temprana y planes de acción específicos ante el calor.
Además, los incendios forestales y la mala calidad del aire incrementan los riesgos y el impacto negativo en muchas zonas del planeta. Según el Centro Meteorológico Mundial de Beijing, en la última semana se registraron valores por encima de 42°C en regiones de Asia Occidental, el sur de Asia Central, gran parte del norte de África, el sur de Pakistán y el suroeste de Estados Unidos, llegando incluso a superar los 45°C.
En el suroeste de Irán y el este de Iraq, se reportaron máximas superiores a 50°C, lo que ocasionó cortes en el suministro eléctrico y de agua, así como la suspensión de clases y actividades laborales. En Marruecos, se emitió una advertencia por temperaturas que oscilaron entre 40°C y 47°C durante la primera semana de agosto.
Omar Baddour, jefe de monitoreo climático en la OMM, explicó que durante el verano, la combinación de calor intenso en superficie y aire frío en altura puede derivar en lluvias intensas y repentinas inundaciones, especialmente en zonas montañosas, agravando el impacto sobre las personas y la infraestructura.
En Japón, se rompió el récord nacional de temperatura con 41,8°C el 5 de agosto, superando la marca previa de 41,2°C registrada el 30 de julio, en una ola de calor que estableció numerosos récords tanto en máximas como en mínimas nocturnas. En distintas áreas del hemisferio norte, las temperaturas máximas fluctuaron entre los 38°C y 40°C, e incluso superaron los 42°C en algunos sitios.
Julio de 2025 fue el tercer mes de julio más caluroso a nivel global, continuando la tendencia de años anteriores, con Europa sudoriental enfrentando olas de calor y Turquía alcanzando un récord de 50,5°C. Además, Himalaya, China y Japón registraron temperaturas notablemente superiores a la media.
El vicesecretario general de la OMM enfatizó que, aunque el calor extremo se considera un “asesino silencioso”, actualmente existen los conocimientos, datos y tecnología necesarios para prevenir las muertes asociadas a este fenómeno. Se estima, según modelos, que entre 2000 y 2019 ocurrieron anualmente alrededor de 489,000 muertes relacionadas con el calor, el 45% de ellas en Asia y el 36% en Europa, aunque se cree que los números reales son más altos debido a la falta de reportes completos.
El calor intenso también ha provocado incendios forestales devastadores, afectando la salud y la calidad del aire. Bomberos en Chipre, Grecia y Turquía han luchado contra fuegos forestales que han obligado a evacuar poblaciones y causado víctimas fatales. Aunque el incendio cerca de Tarifa, en el sur de España, logró ser controlado, en Francia el departamento de Aude sufrió un incendio que arrasó al menos 16,000 hectáreas, superando la superficie de la ciudad de París.
En América del Norte, Canadá atraviesa una de las peores temporadas de incendios forestales documentadas, con más de 6,6 millones de hectáreas quemadas al 3 de agosto. Esta cifra supera ampliamente el promedio histórico de 2,2 millones de hectáreas, aunque se mantiene por debajo del devastador récord de 12,3 millones de hectáreas quemadas registrado en 2023.
Ola de calor en América
El calor extremo sigue afectando a gran parte del mundo, y América no es una excepción. En el suroeste de Estados Unidos, las temperaturas han superado los 45°C, contribuyendo a la mala calidad del aire y aumentando los riesgos de incendios forestales.
Canadá, por su parte, está viviendo una de sus peores temporadas de incendios forestales registradas. Ya se han quemado más de 6.6 millones de hectáreas, una cifra que triplica el promedio histórico y causa un impacto negativo en la calidad del aire de la región.
El calor es considerado un «asesino silencioso» que cada año provoca cientos de miles de muertes a nivel global. Afortunadamente, se dispone de tecnología para crear sistemas de alerta temprana y planes de acción que pueden prevenir tragedias.