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En un momento crucial para el futuro del planeta, el Secretario General de la ONU, António Guterres, lanzó un firme llamado desde Belém para acelerar la transición energética global.

Su mensaje fue claro: la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin, y el mundo debe actuar con urgencia para evitar un calentamiento global superior a los 2°C, que implicaría graves consecuencias para todos.

Avances, pero no suficientes
Guterres reconoció los progresos importantes en energías renovables. El 90% de la nueva capacidad eléctrica instalada en el último año provino de fuentes renovables, y la inversión global en energía limpia alcanzó los dos billones de dólares, superando en 800.000 millones a la inversión en combustibles fósiles. Un dato destacado es que China se ha convertido en el líder global en esta expansión, aportando casi la mitad del crecimiento solar y eólico mundial en el primer semestre de 2025.

Además, resaltó que las renovables son ahora la fuente más barata de nueva electricidad en casi todos los países. Por si fuera poco, cada dólar invertido en energías limpias genera tres veces más empleos que en combustibles fósiles, una revolución que ya está cambiando el panorama energético a «velocidad relámpago».

Cinco prioridades para un futuro sostenible
A pesar de estos avances, Guterres advirtió que el ritmo actual es insuficiente y que aún hay una “peligrosa brecha de cumplimiento” que cerrar para garantizar una transición justa y equitativa. En respuesta, delineó cinco prioridades clave:

  • Alinear leyes y políticas con una transición justa que proteja a los trabajadores y comunidades.
  • Eliminar los subsidios a los combustibles fósiles que distorsionan el mercado.
  • Colocar a las personas en el centro del proceso, apoyando a quienes resultan afectados por el cambio.
  • Invertir en infraestructura eléctrica, almacenamiento de energía y eficiencia.
  • Desbloquear financiamiento a gran escala, especialmente para países en desarrollo, donde la inversión en energía limpia es mínima, con África recibiendo solo un 2% del total mundial.

Una oportunidad para transformar la crisis climática
Guterres enfatizó que, aunque las trayectorias pueden variar según región, el destino debe ser común: un mundo con cero emisiones netas seguido por uno con emisiones negativas, impulsado íntegramente por energías renovables.

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